jueves, 19 de junio de 2008

El Divorcio: ¿Es determinante en el correcto desarrollo de los hijos? HIPÓTESIS: La separación de los padres afecta el desarrollo de los hijios

Generalmente, el término de las relaciones matrimoniales implica en los hijos sentimientos de culpa y resentimiento, es decir, se atribuyen a ellos la responsabilidad de la separación de sus padres, motivo que lleva a desencadenar diferentes factores que le afectará en su vida presente y futura, tales como ansiedad, pérdida de satisfacción, pérdida de seguridad personal, estrés, rechazo y miedo a no ser querido.

La ruptura familiar, que incluye tanto la separación como el divorcio entre los padres, se considera habitualmente como un importante acontecimiento estresante. Por lo general, en el periodo anterior a la ruptura de una pareja la convivencia presenta tal nivel de estrés que la separación se contempla como la solución a una situación que suele describirse como insostenible. Sin embargo, el periodo inmediatamente después de la separación viene acompañado de toda una serie de cambios económicos, sociales, personales y familiares, los cuales desencadenan en los hijos situaciones de estrés que conllevan a un nivel de vida infantil o juvenil deficiente en cuanto a sus relaciones interpersonales con su entorno social, y dentro del mismo núcleo familiar, puesto que la unidad familiar actúa de soporte y protección para los niños, por lo que la ruptura de esta estructura desencadena un período de desorganización y cambios en la vida del infante. De hecho, muchos niños que con posterioridad admiten que el divorcio ha sido la mejor solución para la familia, en un primer momento no han aprobado la separación y estaban decididamente en contra de ella. No es extraño pues que tanto adultos como niños presenten altos niveles de ansiedad tras la ruptura de la familia. (Pons-Salvador, G. del Barrio, Victoria. 1995)

Por otra parte, a medida que crece, el niño va conociendo un nuevo aspecto del adulto: el que dicta exigencias y prohibiciones e incluso castiga. La desaprobación y la reprimenda significan para el niño una perdida de valor, una disminución de afecto que debe evitar a toda costa para conservarse seguro. El niño depende de los demás para su propia valoración; se forja una imagen de sí mismo según la que de él le presentan los adultos: si son amables, será porque él lo es. Si se muestran fríos o brutales, será porque es malo y sin valor. Ha podido demostrarse que las actitudes aprendidas a través de las reacciones de los padres son fundamentales para la posición adoptada por el niño respecto de sí mismo. (Osterrieth, P. 1974).

Los estudios realizados con muestras clínicas consideran que los niveles altos de ansiedad son una reacción habitual de los hijos ante la ruptura familiar (Wallerstein & Nelly, 1980) observaron que las variables que se relacionan con la manifestación de ansiedad de estos niños son: los sentimientos de responsabilidad por la ruptura, el conflicto de lealtad debida a cada uno de los padres, la preocupación ante el rechazo de los padres, el miedo al abandono y el miedo a la posibilidad de no ser querido. Asimismo investigaciones realizadas con muestras no clínicas obtienen resultados semejantes. Estas investigaciones concluyen que los hijos de padres separados presentan niveles más altos de ansiedad que sus compañeros pertenecientes a familias intactas. Sin embargo, otros estudios que también utilizan muestras no clínicas, no encuentran diferencias entre los niños de padres divorciados y los de familias intactas en relación a la ansiedad (Felner, Ginter, Boike & Cowen, 1981; Cowen, Pedro-Carroll & Alpert-Gillis, 1990; Thomas y Forehand, 1993). Estas discrepancias en la literatura, presentes incluso en distintos trabajos realizados por los mismos investigadores, dependen fundamentalmente de circunstancias como la edad de los niños, el tiempo transcurrido desde la separación, el nivel de conflicto entre los padres etc., que están modulando la aparición de respuesta ansiógena de los hijos. (Pons-Salvador, G. del Barrio, Victoria. 1995)

El divorcio es traumático para todos. La disolución de un matrimonio suscita poderosas emociones de odio, ira, amarga decepción, fracaso y desconfianza en si mismos en ambos cónyuges. Los niños reaccionan a la ruptura del matrimonio de sus padres con mayor severidad aún que a la muerte de uno de ellos, como lo demuestra el hecho de que hay mayor probabilidad de que los niños de hogares rotos por la discordancia se involucren en dificultades, en comparación con los niños de hogares rotos por muerte (Rutter, 1979).

Ackerman (1962), observa que el adolescente representa irracionalmente “entre sus relaciones extrafamiliares los conflictos y ansiedades de su familia, en particular los desequilibrios existentes en las relaciones de su padre y madre.


Efectos del divorcio en las áreas emocionales de los hijos:

Algunos profesionales que trabajan con niños utilizan un diagrama para ayudar a entender hasta qué punto el dolor puede afectar a un niño. Son las necesidades básicas de todo el ser humano y lo han titulado Las nueve áreas esenciales de la vida. Ellas son:
1. Una relación significativa: necesita un papá y una mamá.
2. Una función significativa: ser hijo de ambos.
3. Una fuente de gozo: salidas, eventos, etc., en familia.
4. Un lugar: la casa donde vive.
5. Un grupo: amiguitos, compañeros del colegio, club, iglesia, etc.
6. Estabilidad económica: padres que proveen a sus necesidades.
7. Información: respuesta a sus preguntas y curiosidad.
8. Salud: ser cuidado y atendido.
9. Raíces: la familia extendida, abuelos, tíos, primos.

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